Impacto en el cuidador
Alteraciones físicas:
Convertirse en persona cuidadora puede aumentar la vulnerabilidad ante los problemas físicas, hallándose desde síntomas inespecíficos como fatiga o malestar general hasta alteraciones del sueño, cefaleas, dolor articular…
Alteraciones psicológicas:
La experiencia de cuidar puede tener consecuencias psicológicas negativas con sentimientos de tristeza, desesperación, indefensión… También se manifiestan sentimientos de enfado, irritabilidad, preocupación, culpa..
En general se demuestran niveles altos de ansiedad y depresión en los familiares y cuidadores.
Alteraciones sociales:
Cuidar a la persona con Alzheimer requiere de mucho tiempo y dedicación por parte de los cuidadores principales, por lo que pueden sufrir mayor aislamiento social, ausencia de tiempo libre…
También son frecuentes problemas en el ámbito laboral por la dificultad de la compatibilidad entre las tareas de cuidado y las obligaciones laborales.
Esto dependerá de las alteraciones cognitivas que tenga cada persona y del estado de la enfermedad en que se encuentre. A pesar de ello, debe tenerse en cuenta que el enfermo percibe la situación desde las coordenadas de un cerebro dañado, por lo que la angustia y sufrimiento siempre será mayor en la familia.
El paciente tiene derecho a saber lo que ocurre si puede entenderlo. No obstante, en la práctica, algunas familias deciden no informar a su familiar enfermo con el fin de evitarle un daño emocional.
La respuesta es delicada pues la persona con Alzheimer, a menudo, se niega a los cambios en su vida y, por otro lado, es importante fomentar su autonomía. Sin embargo, debido a los riesgos que conlleva vivir solo, lo más recomendable es que conviva con alguna persona que potencie sus responsabilidades y le supervise lo que necesite.
La enfermedad de Alzheimer acentúa y exagera el carácter previo del enfermo, pero en algunos casos provoca un cambio de carácter y personalidad. En la siguiente imagen puede ver las alteraciones de la conducta más frecuentes.
El paciente debe mantenerse activo el mayor tiempo posible, por tanto, este tipo de centros son muy interesantes porque aplican programas de estimulación cognitiva que potencian las capacidades conservadas en cada enfermo. Al mismo tiempo supone un recurso muy útil para el descanso del cuidador principal.